Carlos A. La Rosa Lama
La economía del Perú
es una economía pequeña y abierta, en estrecha relación de dependencia con la
economía internacional. Precisamente la situación actual de escaso crecimiento
de nuestra economía responde en una alta proporción a la dinámica del crecimiento de China y la consecuente
disminución de su demanda de nuestras exportaciones, el escaso crecimiento de
Europa, la expectativa de crecimiento de Estados Unidos de América y de las
amenazas de guerra que se registran a nivel internacional
Se asume que China
viene creciendo menos del 7% anual, nivel menor al registrado durante los años
del boom de precios de nuestras exportaciones de minerales, lo que significó el
considerable aumento de su PBI con una fuerte demanda de bienes y servicios del
exterior, incluyendo al Perú. Krugman ha manifestado que el crecimiento chino
es una gran incógnita para los países de América especialmente por los factores
que operan coincidentemente en ese país que no es una economía de libre mercado
plenamente establecido, con enormes distorsiones en el mercado laboral y una
gran falta de transparencia en el mercado bursátil y del financiamiento de
inversiones, además de la gran corrupción empresarial y pública que el gobierno
se ha propuesto corregir, prro que al igual que en el Perú persiste..
Estados Unidos no ha
mantenido la fuerza impulsora suficiente
para contrarrestar el desempeño mediocre de las economías de Japón y Europa, además de
la volatilidad del resto de economías desarrolladas, salvo Alemania.. Hay que
tomar en cuenta igualmente las medidas que viene tomando el Presidente Trump y
que afectan y pueden afectar más las relaciones económicas de los EE. UU con
otros países, incluido el Perú. Otro factor de incertidumbre es el precio del petróleo, pues suele ir aparejado
con problemas de orden geopolítico por la acción de países productores –
exportadores de petróleo como son Venezuela, Rusia y Nigeria. Todo esto tiene
gran incidencia en la economía del Perú.
Ahora veamos cuáles
son las perspectivas de la economía internacional para los próximos años, que
pueden relativizarse por los movimientos que se pueden dar por el predominio
económico y político de EE.UU y Rusia,
respectivamente . Todo parece indicar que la vida de las personas de los países
pobres mejorará bastante más que en los años anteriores, reduciéndose
drásticamente los índices de morbi-mortalidad por enfermedades actualmente
mortales. Se prevé que el hambre en el Africa y en los países más pobres de
América habrá descendido. Todo esto irá acompañado del otro vector de inversión
social, esto es, la educación que será expansiva por el crecimiento y
mejoramiento de los procesos de capacitación especialmente para los niños y
niñas, que habrá de ser igualmente positiva en el Perú a pesar de las
limitaciones estructurales del sistema educativo y la insuficiente visión
estratégica de los responsables gubernamentales.
Se espera que la
aproximación a los objetivos de desarrollo sostenible(ODS) sea algo más
dinámico y favorable a lo que fue la realidad del desempeño político y económico
respecto de los objetivos del milenio(ODM)a los que han reemplazado. Recordemos
que entre los ODS están desde la calidad del agua potable hasta la equidad de
la distribución del ingreso, todo en busca de la superación de la pobreza, el
hambre y la miseria social a la par de la conservación del medio ambiente, lo
cual es un gran reto que no está siendo bien enfocado ni expresado
adecuadamente a la población.
Esto hace que haya
discusión entre los que quieren mantener
la propuesta como está actualmente y otros que desean enfocarse en lo que es
más práctico, proponiendo que los objetivos sean menos de los 17 aprobados.
Entre las consideraciones más fuertes para mejorar la vida de las personas y
evitar las muertes que suceden actualmente es el costo en que hay que incurrir,
viéndose que con iniciativas innovadoras se pueden lograr grandes resultados a
bajo costo, llevando a cabo lo que se conoce como “inversiones de impacto”.
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