Carlos
A. La Rosa Lama
La seguridad alimentaria existe “cuando todas las
personas tienen, en un momento dado, acceso físico, social y económico a
alimentos suficientes, inocuos y nutritivos que satisfacen sus necesidades
energéticas diarias y preferencias alimentarias para llevar una vida activa y
sana”, de acuerdo a la Cumbre Mundial sobre la Alimentación, llevada a cabo el
año 1996.
La definición de la seguridad alimentaria plantea 4
dimensiones:1) La disponibilidad física de los alimentos, 2) el acceso
económico y físico de los alimentos, 3) La utilización de los alimentos, y 4)
La estabilidad en el tiempo de las tres dimensiones anteriores. Para que puedan
cumplirse los objetivos de seguridad alimentaria deben alcanzarse
simultáneamente las 4 dimensiones.
Los analistas de la seguridad alimentaria consideran que
es útil tomar en cuenta dos categorías generales de inseguridad alimentaria:
inseguridad crónica e inseguridad transitoria. La primera se puede superar con
medidas de desarrollo normales a largo plazo, iguales a las que se aplican para
abordar la pobreza; ejemplos de esas medidas son la educación o el acceso a
recursos productivos, como el crédito. Por otra parte, puede requerirse un
acceso más directo a los alimentos para aumentar su capacidad productiva.
El carácter impredecible de la inseguridad transitoria
dificulta la planificación y la programación, y exige capacidades y tipos de
intervenciones diferentes, incluidas una capacidad de alerta temprana y
programas de protección social.
El concepto de inseguridad alimentaria estacional
representa un punto intermedio entre la inseguridad alimentaria crónica y la
transitoria. Se asemeja a la inseguridad alimentaria crónica en el sentido de
que normalmente se puede predecir, y de que sigue una secuencia de eventos
conocida. Pero por tener una duración limitada, también se le puede considerar
como inseguridad alimentaria transitoria recurrente. Este tipo de inseguridad
alimentaria ocurre cuando se da un patrón cíclico de falta de disponibilidad y
acceso a los alimentos: sequías, enfermedades, problemas climáticos, etc. que,
de todas maneras, debe ser considerada por las autoridades.
Las medidas para mejorar el acceso directo a los
alimentos serían probablemente más beneficiosas si fueran incorporadas a un
programa de redes de seguridad social más generales. Las redes de seguridad
incluyen transferencia de ingresos para personas discapacitadas para trabajar o
para las que están afectadas temporalmente por un desastre natural o una
recesión económica. Entre las opciones se tiene:
- Programas de alimentos por
trabajo
- Programas de transferencia de
ingresos, en dinero o en especies
Es necesario tener una medición de la subnutrición. Una
opción es establecer la relación entre la gravedad de la seguridad y cómo el
consumo cae por debajo del umbral de 2,100 kilocalorías por día. La medición
del hambre de la FAO, definida como subnutrición, se refiere a la proporción de
la población cuyo consumo de energía como parte de su dieta es menor al umbral
establecido.
Se sostiene que la mejor estrategia para reducir con
rapidez la pobreza y el hambre de las poblaciones reside en aplicar una
estrategia de combate a la pobreza conjuntamente con políticas que garanticen
la seguridad alimentaria.
El crecimiento económico por sí solo no solucionará el
problema de la seguridad alimentaria. Lo que se necesita es combinar el aumento
de ingresos con intervenciones de nutrición directa e intervenciones en salud,
agua y educación, para lo cual, una vez más, con visión de mediano y largo
plazo, en base a conocimiento, honradez de las autoridades y los ciudadanos,
teniendo en cuenta las condiciones socioambientales.
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