Carlos A. La Rosa Lama
La provisión de servicios de agua potable y alcantarillado es
una cuestión de atención prioritaria, por ser necesaria y urgente para la vida
y la salud de los habitantes, cuya atención significa una inversión de alta
rentabilidad social, a corto, mediano y largo plazo. Lamentablemente, la brecha
entre necesidades y atención es enorme .Las razones son múltiples, entre ellas,
la improvisación, la burocratización y la corrupción, como se ha evidenciado
en San Juan de Lurigancho en días recientes, con tan significativas consecuencias
negativas.
Poco o nada se sabe de lo que vine haciendo o no haciendo el
gobierno de Vizcarra en uj asunto que el gobierno de Kuczynski dijo le daría
especialísima importancia. El pueblo está harto de estar en esta situación de “esconder
la verdad”. Lo sucedido en San Juan de Lurigancho es una llamada de atención
muy seria a toda la clase política y no solo a SEDAPAL, como algunos quieren hacer
ver. Es necesario que todo el sistema de agua potable y alcantarillado sea declarado
en emergencia nacional, pero no para llenar espacios periodísticos o servir de
escaramuzas o “guerra de vituperios y sandeces” en el Congreso de la República.
De una vez por todas, sin que esto signifique una exacerbación de un gobierno
clientelista ni un empresariado mercantilista o una “entrega” al capitalismo
angurriento, importa que los agentes prestadores de estos servicios sean
necesariamente estables. Esto es no quedarse en el esquema de “empresas estratégicas”
constituidas formalmente solo como empresas gubernamentales o públicas, con enormes
fallas y limitaciones que perjudican o limitan el mejor servicio a los
ciudadanos y ciudadanas, niños y jóvenes del Perú.
Hay que descentralizar los servicios de agua potable y
alcantarillado, hay que actuar buscando la eficiencia y la equidad, base de una
administración digna de ser y llamarse tal,, acorde a su naturaleza, principios
y objetivos, con respeto a os ciudadanos, no solo como objeto de las decisiones
gubernamentales sino también como actores importantes de las decisiones..
Esto debe pasar necesariamente por la revisión exhaustiva de
la legislación general y especializada que , como en muchos otro casos, ha sido
desnaturalizada para servir a quienes tradicionalmente han detentado y detentan
el poder real, con presencia en los Poderes del Estado así como en las empresas
públicas y privadas. Debe pasar así mismo por la revisión profunda de los
modelos de negocios a emprender, dejando de lado intereses venales, individuales
o grupales, como ha sucedido muchas veces en la historia de nuestra República,
con las nefastas consecuencias que conocemos.
Es necesario que se tome en cuenta los adelantos científicos
y tecnológicos actualmente existentes y disponibles para los técnicos,
funcionarios y políticos que deben tomar decisiones, es necesario innovar la
cultura y la política que tanto daño han causado a nuestro país. Cultura y política
que enlazan perniciosamente la ignorancia, la irresponsabilidad y la corrupción
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