miércoles, 8 de noviembre de 2017

NECESIDAD DE ESTRATEGAS PARA EL DESARROLLO ESTRATÉGICO


Resulta desalentador observar que en nuestro país haya un gran número de profesionales de diversas especialidades que han estudiado y estudian Administración Estratégica, Planeamiento Estratégico, Prospectiva, Modelística y otras disciplinas afines pero que. Sin embrago, no hay una extendida y sólida administración estratégica en instituciones tanto del sector público como del privado. Hay profesionales que han estudiado y estudian, aplican y luego que cambian de sección u ocupación o se retiran, ya no piensan ni actúan como estrategas, promoviendo y apoyando la gestión estratégica de personas y organizaciones.

A modo de ensayo de una explicación de este fenómeno lamentablemente bastante extendido y negativo, es posible decir que se suele enseñar esta disciplina como una simple enumeración de métodos, técnicas, instrumentos y procedimientos, de tal manera que se aprende a  hacer” rutina estratégica” quitándole  su esencia, que es la filosofía y la mentalidad de la estrategia y de los estrategas, respectivamente.

Se supone que basta con hacer la diferenciación de los niveles y extensiones de los ámbitos de aplicación para que se haga la diferencia entre estrategia y táctica: de hacer un relacionamiento secuencial en cadena de más a menos, sin tener en cuenta el relacionamiento jerárquico de sus elementos, con su medio ambiente y otros organismos semejantes, sean opuestos o complementarios .

A través de los años de docencia universitaria y de trabajo en instituciones públicas y empresas privadas, he podido observar que hay personas que independientemente de los cargos que ocupen, tienen una marcada carencia de autoestima que incide negativamente en su condición y conducción de líderes responsables de sus organizaciones. Esto vale, por si acaso, para instituciones civiles, militares, religiosas, políticas y económicas, como lo puede observar cualquier persona premunida de conocimiento, experiencia y capacidad de análisis.

Podemos y debemos cambiar esta situación, aprovechando todo el potencial que significa la existencia de estas personas para el Perú y los peruanos, para las instituciones y empresas, sean pequeñas, medianas o grandes. Hay que aplicar administración estratégica, comenzando por las personas desde sus primeros años. Con planes de vida, con ejercicios diarios de liderazgo y comando, con hábitos de inversión y no de simple ahorro, con autoestima y tendencia a ser exitosos y ayudar a otros a serlo igualmente , a no ser complacientes y menos cómplices con los mediocres y pero aun con la delincuentes  que aprovechan la pasividad  y el conformismo de los más . Tenemos el derecho y la obligación de pensar estratégicamente en grande en función del bienestar de la generación presente y sobretodo de las venideras.

Carlos A. la Rosa Lama

 Docente universitario

No hay comentarios:

Publicar un comentario