Carlos
A. La Rosa Lama
Es común la violencia contra las mujeres, una de cuyas
expresiones es la discriminación en lo que significa asunción de cargos
directivos en instituciones públicas y empresas privadas, en un lado, y de
otro, la de los niveles remunerativos frente a las que perciben los varones en
puestos similares de trabajo. A pesar de
ello, , las mujeres vienen superando de manera consistente los retos que se han
impuesto en este campo, tanto a nivel nacional como internacional.
Esto tiene importantes consecuencias no sólo en lo que
significa logros en el plano individual sino también social. De un lado está el
mejoramiento de la autoestima y de las remuneraciones, así mismo una nueva
relación hombre – mujer con consecuencias en las parejas y hogares así como en
la vida de las organizaciones sociales, políticas y académico – profesionales.
Las mujeres acreditan, por lo menos en términos
estadísticos, más capacidad frente a los retos y responsabilidades y es
igualmente aceptado que ellas tienen condiciones especiales para impulsar el
desarrollo familiar y así mismo el de las organizaciones sean públicas y
privadas, con algo que resulta especialmente importante como es su capacidad de
decisión al punto tal que pueden llegar a ser fundamentalistas, como fue el
caso de los grupos de aniquilamiento de grupos subversivos en el Perú como
Sendero Luminoso.
Encontramos que un factor importante de este cambio en la
fuerza laboral es el de la educación de las mujeres que actualmente participan
exitosamente en algunas especialidades que se consideraban como campo privativo
de los hombres. Lamentablemente la marginación también se manifiesta
dramáticamente en la educación, pues hay una doble marginación en las mujeres
andinas campesinas jóvenes.
Es cierto que las mujeres desde 1980 han logrado varias
metas y estas han significado una liberación sin libertinajes, como expresión
de igualdad y equidad de oportunidades respecto a los hombres, pero todavía
falta avanzar más y para ello es preciso resolver ciertas situaciones que
devienen en obstáculos o limitaciones a tal propósito. Tenemos las siguientes: El
número de mujeres que son violadas, salen embarazadas o son violentadas en
diversas formas es elevado. La forma más grave es el feminicidio que lamentablemente
se viene extendiendo de manera creciente. En el Perú y en América Latina,
especialmente en el área rural de la sierra y la selva, las oportunidades de
estudio y trabajo son menores que para los hombres, por razones culturales de
las familias, algunas de las cuales se resisten al cambio.
Las sociedades del Perú, y América Latina, en general,
son todavía machistas y patriarcales, que
en gran medida pugnan conciente o inconscientemente por mantener su privilegio
y protagonismo frente a lo que consideran una irrupción inconveniente de las
mujeres, por decir lo menos, alegando que ello va contra la unidad y seguridad
familiar y la crianza de los hijos, lo cual es falso..
El liderazgo empresarial e institucional es un camino
largo y difícil a recorrer por las mujeres, tal como lo expresa el número de
mujeres que ocupan cargos directivos en organizaciones, formados por hombres y
mujeres sean
- Sociales (clubes deportivos,
sociales)
-
Culturales
y Asociativos (APAFAS)
-
Gremiales
(Sociedades de empresarios, sindicatos)
-
Políticas
(Partidos y Movimientos Políticos)
-
Religiosas
(Cofradías)
- Militares
Tengamos en cuenta que en el Perú todavía no han sido
elegidas mujeres como Presidente de la República como ha
sucedido en otros países de Latinoamérica, como Chile y Argentina, ni
Presidente del Poder Judicial. Es un reto a superar. E igualmente hay que
recordar a grandes mujeres que han dado muestras de entereza y grandeza como
son las mártires de las 8 horas en Huacho, pero que hasta ahora tienen escaso
reconocimiento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario