miércoles, 3 de octubre de 2018

LA CORRUPCIÓN NO ES PARTE DEL ADN DE LOS PERUANOS



Carlos A. La Rosa Lama
Cuando la sociedad comienza a aceptar como algo natural y prácticamente congénito la existencia y reconocimiento de la corrupción en el quehacer diario de las personas , es que ella está enferma y ha perdido su capacidad de respuesta ,por la exacerbada permisividad , alentada frecuentemente por la exaltación de los actos corruptos con que se quiere que quede impune y entonces se “jode el Perú”, con el gozo de quienes quieren que su inmunidad sea impunidad y que promueven y aceleran el proceso de descomposición social.
Afortunadamente, situaciones  repugnantes como las sucedidas  recientemente en las altas esferas de los Poderes del estado, especialmente el Legislativo y el Judicial pueden y deben servir para  renovar la convicción en la necesidad de la convivencia sana de los ciudadanos y las autoridades, por la eliminación radical de los responsables de tales actos, que significa la solución de los problemas, pues se trata de prevenir y sancionar con todo rigor los actos de corrupción ,”caiga quien caiga”, sea del sector público o del sector privado, de uno u otro partido político,gremio  laboral, empresarial o religioso.
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El gobierno debe actuar drásticamente, usando toda su capacidad, incluida la proveniente de las facultades delegadas. El Congreso de la República  debe eliminar la inmunidad parlamentaria que para algunos de los congresistas y funcionarios  se transforma en impunidad y no caer en el juego perverso de blindar a jueces. La sociedad debe rechazar y denunciar toda corrupción, el gobierno debe proteger a quienes hacen las denuncias,  el Poder Judicial debe actuar con toda la rigurosidad que las leyes establecen, sacando a los malos jueces  y fiscales, que tanto daño le hacen al sistema de justicia, en el Poder Judicial como en el Ministerio Público. Otro tanto hay que decir de la Policía Nacional.

Tengamos la certeza que la corrupción no es genética para los ciudadanos y ciudadanas del perú, no forma parte de nuestro rico acervo cultural. Es algo aprendido especialmente en los últimos años y que ha sido exacerbada por malas autoridades y ciudadanos complacientes y hasta cómplices, sin tener en cuenta la necesidad de aplicara gran escala medidas de previsión y corrección de actos delictivos que, por ser algunos de ellos, de menor cuantías no han sido sancionados debidamente..

La solución está en nuestras manos, pues debemos hacer un alto en el camino y decidir que todos deben estar en la misma línea contra la corrupción, la impunidad  y la inoperancia de las estructuras de los Poderes del Estado que han sido embestidos por los delincuentes de cuello blanco y de otros colores.





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